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16.04.2012 17:13 Antigüedad: 12 yrs

Tiburones martillo pasan su juventud en el golfo Dulce


Su cercanía con los manglares, su fondo lodoso y aguas turbias pero productivas, convierten al golfo Dulce en sitio de crianza de los tiburones martillo (Sphyrna lewini). Así lo informaron investigadores de la organización Misión Tiburón, quienes colocan transmisores en estos animales para conocer sus movimientos en los primeros años de vida, justo antes de convertirse en adultos y migrar hacia la Isla del Coco.

“Por dicha tenemos la Isla para proteger a los martillo cuando ya están grandes, pero aún nos falta tomar medidas para conservarlos cuando están pequeños y andan por la costa”, comentó el biólogo Andrés López.

Al estar en aguas costeras, los juveniles se ven afectados por las pesquerías, la contaminación y la degradación del hábitat como los manglares. Ahí yace la razón para resguardar sus sitios de crianza.

El estudio, que consta de tres fases, comenzó en marzo del 2010 y cuenta con el financiamiento de Conservación Internacional, Mohamed bin Zayed Species Conservation Fund, Columbus Zoo and Aquarium y la Asociación de Pesca Turística de Costa Rica (APTCR).

 Las primeras etapas del proyecto se enfocaron en recolectar datos a partir de las faenas de pesca. Se entrevistaron pescadores comerciales y turísticos para delimitar nueve sitios en el golfo donde hay tiburones martillo.

Posteriormente, los investigadores acompañaron a los pescadores artesanales durante 30 jornadas de pesca y estuvieron en 37 descargas en los centros de acopio.

Durante estas faenas, los biólogos se percataron de que el 55% de los tiburones capturados eran martillos, todos juveniles. Solo el 14% de los martillos sobrevivieron y esto se debe a que sus requerimientos de oxígeno son más altos.

Con base en esa información, se delimitó un área de estudio de 5 km². Allí, con ayuda de una cuerda de mano, se capturan los tiburones martillo. El animal se sube a la cubierta del bote donde, con un bisturí, se le realiza una microcirugía en el abdomen para colocarle un transmisor de 3,3 cm (V13) o 6,3 cm (V16), dependiendo del tamaño del pez. Cada transmisor o marca acústica cuesta $400 y posee una vida útil de entre 2,5 y 4 años.

Asimismo, se toman datos como tamaño, se registra el sexo y, si son machos, se determina el estado de madurez sexual a partir de los hemipenes (los juveniles, los tienen suaves; los maduros, los tienen calcificados). Si las condiciones del mar son propicias, se pesan.

Aparte del transmisor, al tiburón se le coloca una marca plástica (tipo flexi). “La marca convencional es importante en caso de recaptura, ya que se ve a simple vista”, recalcó Zanella.

Todo el proceso tarda a lo máximo dos minutos y luego se devuelven al agua. En algunos casos, se les da oxigenación.

La toma de datos les permitirá en el largo plazo saber cómo el tiburón utiliza este sitio de crianza y en qué momento de su vida lo abandonará para migrar a otros lugares. Según Zanella, la idea es llegar a conocer su ciclo de vida.

Nota tomada de: http://www.nacion.com/2012-04-16/AldeaGlobal/Tiburones-martillo-pasan-su-juventud-en-el-golfo-Dulce.aspx


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