Juan Pablo Palavicini, P.h.D.

El Dr. Juan Pablo Palavicini junto a su esposa e hija

Nuestro Ticotal el Dr. Juan Pablo Palavicini es nuestro talento destacado del mes de abril del 2017. Él estudió Ingeniería en Biotecnología en la Instituto Tecnológico de Costa Rica, fue ahí donde creció su fascinación por el extraordinario e increíblemente complejo y organizado mundo microscópico. Posteriormente Obtuvo una beca para realizar el doctorado (biología molecular/bioquímica) en el Instituto de Neurobiología de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Tan pronto se graduó del doctorado en la UPR, inició un postdoctorado en el “Torrey Pines Institute for Molecular Studies”, donde se especializó en los procesos moleculares relacionados a la enfermedad de Alzheimer.

Actualmente se encuentra obteniendo su segundo postdoctorado realizando investigaciones a nivel bioquímico y molecular en el “Sanford Burnham Prebys Medical Discovery Institute” enfocado en enfermedades neurológicas, principalmente Alzheimer y neuropatía diabética.

1.    ¿Cuáles en su caso fueron los determinantes y/o oportunidades para salir del país? 

Mi pasión por la ciencia nació desde el cole. Recuerdo que cuando cursaba cuarto y quinto año en el Colegio Angloamericano me gustaban tanto las ciencias naturales, que el problema que tenía era que no sabía cuál de sus ramas principales me gustaba más, mis clases favoritas eran química, biolo, mate y física, ¡todas por igual! Tratando de buscar una profesión que uniera la mayor cantidad de ellas descubrí la ingeniería genética con ayuda de mi profe de biolo (Mauricio Barquero) y de Discovery Channel. Así que desde antes de matricularme en la carrera de Ingeniería en Biotecnología en el ITCR, ya soñaba con realizar mi doctorado en el exterior… En el Tec, entre más aprendía de bioquímica, biología molecular, y genética más crecía mi fascinación por el extraordinario e increíblemente complejo y organizado mundo microscópico.

No había ni terminado mi segundo año en el Tec, y ya andaba viendo como irme a Estados Unidos a especializarme. Junto con dos compañeros con quienes compartía el amor por la ingeniería genética, consideré transferirme a una universidad estadounidense que nos convalidara los créditos que habíamos aprobado. Al final, a pesar de que ellos si se fueron, yo decidí quedarme a terminar el bachillerato en CR después de ver los costos tan elevados de matrícula.

En mi último año de bachillerato, mientras realizaba mi práctica de especialidad con el Dr. Gustavo Gutiérrez en la UCR, apliqué a la beca Fulbright a través de la Embajada de EEUU. Para este entonces, yo ya había investigado decenas de programas de posgrados, y ya sabía que la nueva tendencia en EEUU en esta área era sacar el doctorado directamente sin tener que sacar una maestría. Después de la entrevista, los agentes de Fulbright (sorprendidos de mi interés por realizar un doctorado sin tener una maestría) me ofrecieron una beca para realizar mi maestría en EEUU o la opción de sacar una maestría en CR y luego aplicar por una beca doctoral (ya que hasta ese momento, sus políticas no permitían dar una beca de doctorado a un bachiller). Ya que mi meta principal era el doctorado, y tomando en cuenta que la beca requería regresar al país, decidí ingresar al programa de Maestría en Biología Molecular en la UCR. 

Sin embargo, durante mi primer semestre en dicho programa vi un anuncio en la pizarra de la Escuela de Biología que había colocado un investigador de la Universidad de Stanford en el que anunciaba oportunidades de realizar el doctorado en su nuevo laboratorio en la Universidad de Puerto Rico (UPR). Muy interesado en sus investigaciones (interacciones entre RNA y proteínas), le escribí, y después de ser aceptado al programa de doctorado y de recibir una beca completa (que cubría el 100% de la matrícula y me otorgaba un estipendio mensual suficiente para vivir) decidí hacer mis maletas e irme a la “Isla del Encanto”.

Durante mi primer año en el programa de doctorado (biología molecular/bioquímica) en el Instituto de Neurobiología de la UPR, me enteré que en ciencias biomédicas con un doctorado no basta, resulta que hay que sacar un postdoctorado (palabra que nunca escuché en CR). Así que realizar un postdoctorado en un instituto de investigación avanzado en EEUU se convirtió en mi siguiente meta. 

Tan pronto me gradué del doctorado en la UPR, inicié un “postdoc” en el “Torrey Pines Institute for Molecular Studies”, donde me especialicé en los procesos moleculares relacionados a la enfermedad de Alzheimer. Recién empezando mi investigación postdoctoral me enteré que la tendencia actual era realizar no solo un postdoctorado, ¡sino dos! Así que dije, bueno quién dijo miedo, esto de estudiar toda la vida como que me está gustando, así que me propuse realizar un segundo postdoctorado, y en esas estoy. Actualmente me encuentro realizando investigaciones a nivel bioquímico y molecular en el “Sanford Burnham Prebys Medical Discovery Institute” enfocado en enfermedades neurológicas, principalmente Alzheimer y neuropatía diabética. 

2.    En términos generales,  ¿cómo describiría sus condiciones de vida en el exterior (p.ej. jornada de estudio y/o trabajo, se han cumplido sus expectativas de lo que sería desenvolverse profesionalmente en el extranjero, principales obstáculos que se le han presentado)

La ciencia es muy demandante en cualquier parte del mundo, y en EEUU en particular, la competencia es extremadamente alta. EEUU es el líder mundial en el área de la biología molecular y biomedicina. Eso quiere decir que las mentes más brillantes de todo el mundo ansían y compiten por venir a especializarse acá. Los programas de posgrado de las universidades más prestigiosas escogen a los mejores estudiantes y postdocs del mundo y entre ellos es que hay que competir para obtener becas y fondos de investigación. Así que a pesar de que la ley en EEUU solo te obliga a trabajar 40 horas a la semana como investigador postdoctoral, la realidad es que para ser competitivo hay trabajar mucho más que eso.

La ciencia (desde el código de vestimenta hasta el horario de trabajo) es muy informal y flexible. He conocido investigadores que trabajan de lunes a viernes de 8 am a 5 pm (los menos apasionados), así como otros que prácticamente viven en el laboratorio (como que si no tuvieran vida ni familia).

A pesar de esto, cuando existe pasión por la ciencia estar en el laboratorio diseñando/realizando experimentos, estar en la computadora analizando datos, escribiendo “papers” o “grants”, no es un trabajo, es un pasatiempo, es casi que un vicio.

Para mí el principal obstáculo de estar fuera de Costa Rica, sin ninguna duda, es el estar lejos de la familia, lo cual no es nada fácil para alguien que se crió en un ambiente de mucha unión familiar. El segundo mayor obstáculo es el no ser residente/ciudadano estadounidense, ya que eventualmente tener un “Green card” se convierte prácticamente en un requisito para poder competir no solo en la industria sino también en la academia.

3.    ¿Qué tipo e intensidad de  contacto  profesional mantiene con CR?

Al inicio mantuve una intensidad de contacto profesional con CR muy alta. En el 2005, poco antes de empezar mi doctorado, fundé la “Comunidad Biotecnológica de CR” (ver http://www.nacion.com/vivir/Inauguran-pagina-web-biotecnologia_0_772522890.html), con la iniciativa de fomentar el desarrollo de la biotecnología en CR. Durante casi cuatro años lideré la empresa (integrada por un grupo de científicos y periodistas costarricenses) a la distancia.

Mientras he estado en el exterior he impartido varias charlas en Costa Rica, y he intentado mantener contacto con mis colegas costarricenses tanto con aquellos que se encuentran en el país como con los que están el exterior.

Muy pronto espero tener mi propio laboratorio de investigación en una universidad de EEUU, donde espero poder tener la oportunidad de entrenar a jóvenes costarricenses. También espero establecer colaboraciones con científicos costarricenses, sobretodo en el área de neurociencias, biología molecular y bioquímica.

4.    Recomendaciones de iniciativas que apoyen que el talento en el extranjero actúe como agentes del  desarrollo en Ciencia y Tecnología.

En el 2005, cuando diseñé la página web biotecnologia.co.cr, pensé que hacía falta una plataforma en la cuál los científicos nos mantuviéramos enlazados y que sirviera para dar a conocer a los científicos costarricenses destacados, así como para fomentar interacciones y colaboraciones. Me complace saber que hoy a través de TICOTAL, no solo los biotecnólogos, sino todos los científicos e ingenieros costarricenses tenemos una plataforma para estar conectados y felicito a la Academia Nacional de Ciencias (ANC) por esta iniciativa que surgió en el 2010.

Insto a la ANC a seguir desarrollando esta iniciativa. Por ejemplo, los “Talentos Destacados” podrían ser invitados a CR a dar una charla sobre su investigación. Esto provocaría que dichos talentos destacados tengan un mayor vínculo con CR, y fomentaría posibles colaboraciones entre investigadores costarricenses que se encuentren dentro y fuera del país. Lógicamente para este tipo de iniciativas se requieren recursos económicos, pero para obtenerlos solo se necesita creatividad. Se debe recurrir no solo a fondos gubernamentales (los cuales son limitados), sino también a patrocinadores, donaciones, etc.

También se podrían fomentar las plazas de investigación/docencia “adjuntas”. A través de este tipo de plazas investigadores/docentes que tengan una plaza/laboratorio en el exterior podrían establecer un fuerte vínculo con alguna universidad en CR. Estas posiciones adjuntas permitirían que investigadores/docentes impartan charlas, cursos de verano, cursos online en CR, e incluso hasta podrían permitir que científicos ticos dirijan su laboratorio no solo en el exterior sino también en CR (conozco varios investigadores que tienen su laboratorio tanto en una universidad/centro de investigación en EEUU como en su país de origen).

5.    ¿Estaría dispuesto(a) a regresar al país si se presentan las posibilidades idóneas?

¡Por supuesto que sí! De hecho, mi sueño es poder regresar a CR a mediano/largo plazo y competir por fondos internacionales (ya que los nacionales son muy limitados). Mi esposa, mi hija y mi mamá serían las más felices de un eventual regreso a CR.

6.    ¿Cuáles incentivos considera pertinentes para retener al talento científico en el país?

Lamentablemente, el sistema académico de CR tiende a premiar a quienes lleven más años trabajando en una institución gubernamental en vez de premiar a aquellos mejor capacitados para el puesto. Actualmente, la mejor manera para obtener una plaza en una universidad estatal en CR con el mejor salario posible es empezar a trabajar para la universidad lo antes posible y luego poco a poco irse capacitando e ir escalando. Pagan más los años trabajados que los títulos y logros obtenidos en el exterior.

En Estados Unidos el sistema es totalmente opuesto, acá el proceso se enfoca en seleccionar al investigador más capacitado, al que tenga mejores ideas, más publicaciones, más fondos de investigación, al más prometedor, y por el contrario se le da prioridad a la gente que venga de afuera de la institución con nuevas ideas.

7.    En su área de trabajo, ¿cuáles serían las necesidades de desarrollo del área en CR?

La investigación biomédica, y en particular la relacionada con enfermedades neurológicas, requiere inversiones muy altas y ofrece mínimos porcentajes de retorno (hoy en día después de años de estudios y millones de dólares invertidos, todavía no existen medicamentos efectivos contra enfermedades neurodegenerativas en el mercado). Sin embargo, el desarrollo de nuevos y más efectivos medicamentos depende totalmente de la investigación biomédica.

Es por esto que tanto países desarrollados (principalmente), como países en vías de desarrollo, deben de participar en el lento y costoso proceso de desarrollar nuevos fármacos, que comienza con la investigación biomédica.

Para desarrollar la investigación biomédica en CR faltan profesionales altamente capacitados, capaces de competir por fondos internacionales. También hace falta una mayor interacción entre científicos, médicos y pacientes (esto no solo en CR si no también en EEUU); y una legislación que permita y fomente dichas interacciones.

8.    ¿Desearía plasmar algún comentario adicional?

Quisiera agradecerle a la ANC por este reconocimiento, el cual me motiva a seguir trabajando, a fortalecer mis vínculos con CR, y a seguir dejando en alto el nombre de CR. Quisiera también aprovechar para instar a todos los científicos costarricenses que se encuentran en el exterior a mantenerse vinculados a Costa Rica y con otros colegas costarricenses. ¡Tenemos que demostrarle al mundo, que lo ticos además de ser buenos para el fútbol, también somos buenos para la ciencia!