Un centenar de falsas orcas ‘vacacionan’ en la isla del Caño
Estos “turistas” no ingresaron por vía aérea como decenas de estadounidenses y europeos que vienen a disfrutar del verano; su entrada fue marítima.
Esta semana, investigadores y turistas tuvieron la oportunidad de observar unas 100 falsas orcas que decidieron pasar unos días en las aguas de la isla del Caño, situada a unos 20 km de bahía Drake, en la península de Osa, en el Pacífico.
“Andaban en subgrupos en los alrededores de la isla y algunos individuos medían entre 5,5 y 6 metros”, dijo José David Palacios, de Fundación Keto, que realiza estudios de cetáceos en la zona.
La falsa orca u orca bastarda (Pseudorca crassidens) es una especie de delfín cuya distribución abarca el Pacífico sur (bahía Drake, golfo Dulce e isla del Caño), así como la Isla del Coco.
Las hembras pueden llegar a medir unos 4,9 metros de longitud mientras que los machos alcanzan los 6,1 metros. Pueden pesar poco más de una tonelada.
Se alimentan de calamares y peces como el bacalao, el atún, el salmón y el pez gato.
De hecho, y según Palacios, el grupo que se observó en las cercanías de la isla del Caño se alimentaba de dorados y jureles, peces que pueden medir un metro de largo.
En otros lugares del mundo, las falsas orcas suelen estar en aguas profundas y lejos de la costa. Costa Rica es una excepción.
“Por eso es que en Osa tenemos la gran oportunidad de estudiar esta especie que no es común en otras partes”, comentó Palacios.
En este sentido, y dada la escasez de investigaciones sobre la especie, Palacios lidera un proyecto para determinar la presencia de este delfín en el Pacífico.
Para ello, desde el 2005, se elabora un catálogo que permita la identificación a partir de fotografías. Esto permitirá al investigador calcular la población que suele observarse en la zona.
Según Palacios, por lo general, las falsas orcas permanecen unos tres o cuatro días en la costa y se van, aunque se reportó una estadía de mes y medio.
Sobre su estado de conservación, la especie está incluida en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites).
Nota tomada del periódico La Nación