Científicos utilizan huevos de gallina para producir suero antiofídico
Investigadores del Instituto Clodomiro Picado de la Universidad de Costa Rica (ICP-UCR) están experimentando con un método para producir antivenenos contra la modedura de serpientes a partir de la yema de huevo, como una alternativa al uso de la sangre de caballo como materia prima.
El proyecto se encuentra en fase inicial pero ya se tiene expectativas de que a futuro tenga efectos positivos. Por ejemplo, que abarate los costos de fabricación del suero antiofídico y consecuentemente su precio. La otra es que evitaría que los caballos sufran el proceso de extracción de sangre.
En esta primera fase se estudia la respuesta inmune de las gallinas al ser inyectadas con dosis de veneno de serpiente. El modelo de inmunización en aves se realiza con veneno de la serpiente Oxyuranus scutellatus, más conocida como Taipán.
Esta serpiente está considerada entre las más venenosas del mundo, con un veneno tan letal que puede provocar la muerte de un ser humano en cuestión de minutos. Habita en las islas de Papúa Nueva Guinea y Australia.
De la experimentación se esperan resultados que sugieran de manera preliminar respuestas a las siguientes interrogantes. Cantidad de veneno necesaria para obtener una adecuada respuesta inmune, número de gallinas inmunizadas para obtener una cantidad de antiveneno comparable a la obtenida mediante la inmunización de caballos, procedimientos simples para la remoción de lípidos y grasas de la yema de huevo, métodos de purificación de las proteínas antiveneno desde las yemas de huevo y evaluación preclínica de esas purificaciones.
Álvaro Segura Ruiz, investigador de la Sección de Investigación y Desarrollo de la División Industrial del ICP, explicó que el veneno de esta serpiente se le inyecta en dosis bajas a las gallinas. Estas desarrollan anticuerpos contra el veneno, los cuales pasan a la sangre de la gallina para luego ser transportados a la yema del huevo.
Las dosis se le administran en diferentes tiempos para evaluar cómo va respondiendo su organismo en la generación de anticuerpos. Los huevos se mantienen en refrigeración hasta el momento en que se separa la yema de la clara.
La yema se trata con diferentes técnicas para separar los anticuerpos de los lípidos, albúminas y otros componentes no deseables en la formulación del antiveneno.
Se está experimentando con diferentes procedimientos físicos y químicos. Uno de ellos es el congelamiento a 20 grados centígrados bajo cero, lo que ayuda a separar las proteínas de interés o anticuerpos, para elaborar el antiveneno.
La investigación es conducida por el investigador del ICP Diego Navarro, quien realiza su tesis de maestría con este proyecto de investigación.
Actualmente el ICP produce más de 100.000 frascos de antivenenos al año, los cuales se distribuyen principalmente en Costa Rica, Centroamérica y Suramérica.
En los últimos años el ICP ha rebasado las fronteras americanas y exporta antivenenos a otros continentes. Entre ellos uno específico para la serpiente Taipán de Papua, Nueva Guinea, y otro para Nigeria. También ayuda en la construcción de un laboratorio para la elaboración de sueros antiofídicos en Sri Lanka.
Además desarrolla actualmente nuevas líneas de productos como el suero antitetánico y una serie de productos hemoderivados como inmunoglobulinas y albúminas que pueden obtenerse del plasma de la sangre humana que muchas veces se desecha.
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Nota tomada del Portal de la Investigación UCR