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08.12.2014 11:22 Antigüedad: 10 yrs

TICOTAL Álvaro Chavarría, personaje del año

Álvaro Chavarría Gordienko es astrofísico. Se convirtió en doctor en 2012, cuando obtuvo ese título académico en la Universidad de Princeton. El joven llegó al proyecto DAMIC, en Canadá, para detectar materia oscura, material del que, según el consenso científico está compuesto el 85% del universo.


Dr. Álvaro Chavarría

Álvaro Chavarría Gordienko creció majando hormigueros, en Florencia de San Carlos. Aunque miles de veces se divirtió viendo cómo las hormigas intentaban traspasar inútilmente sus botas de hule, de niño, su principal afición fue calcar mapas.

“En esa época, la geografía me gustaba. No solo quería saber dónde estaba todo en Costa Rica y el mundo, también en el Sistema Solar”.

Esa afición se la inculcó su madre, Ana Gordienko, quien está convencida de que, “para conocer y entender el mundo, uno tiene que saber dónde están las cosas”.

Pese a su temprana curiosidad por el espacio y la ubicación, su primer encuentro con la física lo tuvo husmeando en la biblioteca del abuelo paterno, de quien además heredó el nombre.

Don Álvaro fue químico, pero le encantaban los libros de física popular. “Por tener acceso a esa literatura, empecé a interesarme por este campo”, recordó. Aunque a Álvaro, el nieto mayor de la familia, cualquier otra área de la ciencia, le hubiese sentado bien.

Ahora, la física se hace lugar en casi todos los rincones de su vida: cuando no está investigando en el laboratorio del Instituto Kavli para la Cosmología Física, en la Universidad de Chicago; está leyendo artículos científicos, relacionados con esa disciplina. Contrario a su hermana Elena, quien es una voraz lectora, a él la literatura no lo seduce, el cine sí.

Pero, para evitar el sufrimiento, hace mucho se prohibió a sí mismo racionalizar las películas de superhéroes, donde muchas de las situaciones que ocurren son imposibles desde la física. “Tuve que aprender a no juzgarlas, si no, ya me hubiera vuelto loco”.

Dispuesto a descender d os kilómetros bajo tierra , para estudiar la materia oscura— material del cual se presume está compuesto el 85% del universo— el joven es reacio a internarse en un supermercado, donde las opciones son numerosas y la gente, abundante. “Es demasiada información (...). No me gustan las multitudes. Salir a la calle y estar rodeado de gente no me gusta, pero es fácil de evitar”.

De compras, casi nunca va, y cuando le toca, la tienda de la esquina, cerca de su casa, es la mejor opción. Ahí sabe en qué lugar está todo y las alternativas son limitadas, lo que literalmente le ahorra un dolor de cabeza.

Con la gente le pasa igual. “Los grupos grandes en una discusión me hacen sentir incómodo. Siempre he preferido los debates con un grupo pequeño, donde yo tenga idea de quiénes son y qué están pensando”.

“Él es un poco diferente”, reconoce su hermano menor Juan Ignacio , quien también vive en Estados Unidos y estudia Ciencias Animales (similar a Zootecnia) en la Universidad Estatal de Kansas.

“A Álvaro no le estorba lo que la gente piense de él, es directo y eso a veces no le gusta a las personas. Está metido en su mundo, en lo de la física”, dice con sinceridad.

Pero en el ámbito más privado este astrofísico es diferente: “ Es muy cariñoso con mi abuela y con mi mamá”, asegura el hermano.

Ana Gordienko sabe que, en efecto, su hijo mayor tiene una conexión especial con ella. “Mi marido dice que Álvaro y yo nos entendemos, porque tenemos el mismo sentido del humor”.

Al doctor en física le molesta la inconsistencia y la mentira. Mientras que la pintura es su válvula de escape en tiempos difíciles.

Sus obras tienen todas un tema, y no son absolutamente abstractas. Cuando pinta lo hace en acrílico, pues el óleo causa mucho desorden y eso le incomoda.

De su vida académica no recuerda un solo momento en que se haya cuestionado lo que hace, pero sí de un “verano perdido” en el 2006, con el videojuego de estrategia World of Warcraft . “No recuerdo qué hice más que jugar ese juego todo el tiempo”.

–¿Quiere familia? “Eso será decisión de mi novia..., cuando ella quiera..., si quiere ( risas ). Ella es ‘gringa’ y trabaja en un laboratorio de física, creo que hace algo con simulaciones de reactores nucleares. Nos conocimos por físicos pero no recuerdo la última vez que hablamos de eso”. –¿Y usted quiere hijos? “Yo lo pienso en un plano muy filosófico. Si algo queda de uno en este mundo son sus genes”.

Fuente: La Nación.


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