Un novedoso sistema convierte plástico en diésel
El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) podría convertirse en el primer comprador de este combustible. En próximos meses realizaría algunas pruebas en sus propias plantas
Miles de botellas de plástico hechas “picadillo”, depositadas en un reactor que, debido a altas temperaturas, se transformarán en diésel. No es ficción. Es el proyecto Energías balanceadas, una iniciativa de hombres de ciencia que pretenden penetrar el mercado de los hidrocarburos, aliviar los problemas ambientales de Costa Rica y de paso encarar la conocida crisis energética. “Queríamos encontrar una fuente alternativa para producir combustible, y lo logramos, lo hemos bautizado con el nombre de polidiésel. Por cada kilo de desecho plástico, ya podemos producir un litro de diésel, además de otros subproductos como carbón y un gas similar al propano”, explicó Germán Jiménez, ingeniero químico y emprendedor.
El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) podría convertirse en el primer comprador de este combustible. En próximos meses, el ICE realizaría algunas pruebas en sus propias plantas.
Pero el logro científico de Jiménez no sería posible sin otras dos fichas claves de la historia: el programa UNA Emprendedores y el proyecto UNA Incuba. “En ambas instancias fomentamos una cultura emprendedora con los estudiantes de la Universidad Nacional y gente de la comunidad nacional, dándoles acompañamiento y asesoría a sus ideas. En este caso, articulamos lo necesario para que Germán contara con el respaldo de la Escuela de Química de la UNA, y particularmente del estudiante Daniel Arroyo, quien aportó sus conocimientos para el desarrollo del proyecto de polidiésel”, recordó Gerardo Villalobos, coordinador del programa UNA Emprendedores.
El ajedrez no está completo, ni el jaque mate es viable sin una última pieza: un socio que creyera en el emprendedor y junto a él, catapultara la iniciativa al mercado: la empresa Constructora Industrial B & B (Cobybsa) asumió el reto. “Ya tenemos un prototipo funcionando a pequeña escala. No solo lo vemos como un negocio, es también un aporte social. Solo imagine cuántas familias se podrían beneficiar con la recolección de plástico, si logramos dar el paso a una producción industrial del polidiésel. Yo creo en la investigación de las universidades, y para una empresa que quiera crecer es vital”, agregó Roberto Bolaños, gerente general de Cobybsa.
Tanto UNA Emprendedores como UNA Incuba gestionan la eventual salida al mercado del proyecto, orientando al emprendedor, de tal manera que resulte beneficiado.
Según cifras de organizaciones ambientalistas, en Costa Rica se producen mensualmente unas 15 mil toneladas de plástico, de las cuales, un 90 por ciento no son recicladas, esto implica una excelente oportunidad para quienes ven en el polidiésel una alternativa ambiental, social y económica.
Fuente: dicyt.com