Collares con GPS darán pistas para evitar desaparición del jaguar en el país
Collares con GPS darán pistas para evitar desaparición del jaguar en el país
Collares con tecnología que utilizan Sistemas de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés) son los nuevos aliados que permitirán descifrar el comportamiento de los jaguares en las áreas protegidas de Costa Rica.
Un proyecto desarrollado por el Instituto en Conservación y Manejo de la Vida Silvestre (Iconmvis) de la Universidad Nacional (UNA) propicia el monitoreo de esta especie para frenar los embates de su peligro de extinción. Desde hace algunos años las cámaras infrarrojas son utilizadas en estos análisis, pero desde el año pasado los collares se incluyeron a esta labor.
Desde noviembre se comenzó con una campaña para capturar los felinos y de esta forma colocarle los dispositivos que emitirán datos de su ubicación satelital durante las 24 horas del día.
“El animal se captura con el técnica de lazo, donde se coloca una trampa que nos avisa cuando el animal está en ella para sedarlo, poder realizar los análisis veterinarios y ver la condición general en que se encuentra”, dijo Víctor Montalvo, investigador del Iconmvis y quien viajó a Brasil para conocer esta técnica.
Los datos suministrados dan cuenta de la interacción de los jaguares con su hábitat y otros individuos. Eduardo Carrillo, director del Iconmvis, explicó a crhoy.com que ya instalaron collares en dos jaguares.
“El mayor problema con la desaparición de jaguares, que están en peligro de extinción, es el conflicto con ganaderos. Marcándolos de esa forma estamos aprendiendo cómo se mueven, dónde lo hacen y en qué horas lo realizan, para disminuir ese conflicto con ganaderos en el futuro”, citó Carrillo.
Resultados en curso
Producto de los collares, ya se identificó una hembra marcada que salió del Parque Nacional Santa Rosa, donde se ejecuta el proyecto, que no realizó ningún daño. “Los radios de acción pueden incluir áreas fuera del parque nacional. Estamos trabajando más en la zona norte, pero los problemas son en todo el país”.
En una información proporcionada por la UNA, Montalvo explicó que el 19 de noviembre se dio la primera captura: una hembra de 38 kilos que no fue captada por las cámaras infrarrojas previamente. Mientras, el 29 de noviembre se hizo otra captura de una hembra, que sí fue grabada por las cámaras durante el último año.
“La primera es una hembra adulta joven, mientras que la segunda es una adulta mayor, la primera de tres generaciones que tenemos registradas; su peso es de 38 y 42 kilos respectivamente, un poco menos de lo que se ha registrado para las hembras adultas en otras partes del mundo”, externó Montalvo.
La inversión en estos equipos es asumida por la UNA, aunque existe cooperación internacional con la Universidad de Massachusetts y otros entes privados afincados en el país.
Fuente: CR Hoy.