Niños reforestaron para unir a las manadas de monos titís
Para ayudar a enlazar manadas de monos tití, niños de 11 escuelas empezaron a sembrar 3.400 árboles en el Corredor Biológico Río Naranjo (CBRN), en el cantón de Aguirre de Puntarenas.
Así lo divulgó la Alianza de Conservación Tití, organización que coordinó estas siete jornadas de reforestación en el 2014. Para el 2015, se tiene la meta de plantar 3.000 árboles más.
Junto a los niños, laboraron voluntarios extranjeros que participaron en cinco jornadas. Esos 3.400 árboles se suman a 63.594 ya existentes, plantados en el CBRN, a lo largo de 14 años.
¿Por qué reforestar? El mono tití (Saimiri oerstedii citrinellus ) se ve amenazado de extinción debido a la reducción y fragmentación de su hábitat; esto, a causa de la expansión urbanística.
En el borde del Parque Nacional Manuel Antonio hay dos poblaciones de esta especie separadas por esa fragmentación.
Al propiciarse grupos más pequeños, cuyas posibilidades de reproducción son limitadas, se da una pérdida de variabilidad genética. Eso quiere decir que el flujo de genes es mínimo o nulo.
Las poblaciones, al ser pequeñas, presentan altos niveles de endogamia. En esos casos, las características recesivas suelen manifestarse, lo que propicia la aparición de males congénitos.
Tal proceso, a su vez, contribuye a la desaparición de grupos de la misma especie, ya que estas poblaciones de monos tití son endémicas o propios de Costa Rica.
En este sentido, la reforestación del CNRN es esencial para la supervivencia de esta especie. Al existir árboles, los monos pueden transitar de un lugar a otro, cumpliendo así con su ciclo de vida.
El corredor biológico de 22.450 hectáreas conecta el Parque Nacional con el cerro Nara, tomando la cuenca del río Naranjo como su columna vertebral. A lo largo de este existen fincas privadas, cuyos dueños se han unido a la causa. En el 2014, 11 nuevos propietarios se incorporaron a la red de fincas reforestadas del CBRN.
Otras acciones. En presencia de carreteras, el enlace entre sitios debe hacerse mediante pasos o puentes aéreos. Estos constan de cuerdas y mallas que se colocan de un árbol a otro, a una altura por encima de la vía.
En el 2014, el proyecto instaló ocho puentes en sitios donde generalmente mueren electrocutados estos monos, ya que utilizan los cables eléctricos para pasar de un sitio a otro y cruzar la calle.
Esto fue coordinado con el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) en los sectores Sábalo, Londres y Naranjito.
Fuente: La Nación.