La Isla del Coco cumple 15 años de ser tesoro del mundo
Cuando en 1697 el pirata inglés William Dampier hizo una anotación en su diario reduciéndola a “una isla y sus cocos”, quizá no se percató de que frente a sus ojos yacía un verdadero tesoro.
Fue con el científico estadounidense Alexander Agassiz, quien visitó la Isla del Coco a bordo del barco de vapor Albatross en 1891, que se empezó a dimensionar una riqueza dada en vida y no en oro.
Eso quedó patente el 4 de diciembre de 1997, hace 15 años, cuando la Unesco encomendó a Costa Rica cuidar y proteger ese patrimonio natural que yace en el Parque Nacional Isla del Coco. Todo, en beneficio de la humanidad.
Joya del Pacífico. En la expedición a bordo del Albatross, se describieron especies nuevas para la ciencia y, además, se dieron los primeros registros de crustáceos, equinodermos y corales.
En 1898, Henri Pittier –a bordo de la embarcación Poás, que llevó la primera expedición científica costarricense– describió mamíferos y aves marinas.
“Las primeras expediciones a la Isla del Coco tenían finalidades comerciales o militares y, en algunos casos, se incluía en las narraciones información sobre los organismos de la Isla. Posteriormente, hacia finales del siglo XIX, se organizaron expediciones con fines de investigación científica, y se inicia la publicación de muchos trabajos en los que se describen especies de muchos grupos de organismos marinos”, explicó Jorge Cortés, científico del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar-UCR), en una reseña sobre las investigaciones realizadas en la Isla que fue publicada en la Revista de Biología Tropical.
Así, en 315 años de investigación científica, el tesoro del Parque Nacional Isla del Coco se contabiliza a la fecha en unas 500 especies de plantas, 100 de aves, 800 de insectos y más de 1.100 especies marinas, en las que sobresalen moluscos, crustáceos, tortugas, peces, delfines y ballenas.
“La Isla del Coco es la primera zona somera entre el Pacífico central y el Pacífico oriental que toca la contracorriente ecuatorial del norte, la principal corriente cerca del ecuador de oeste a este. Esta corriente transporta larvas y juveniles de organismos marinos a través del océano Pacífico, por lo que la Isla del Coco actúa como puerta de entrada de organismos para toda la región del Pacífico tropical oriental. Esta fue una de las razones principales por lo cual fue declarada patrimonio de la humanidad”, añadió.
Cortés es claro al decir que queda mucho por investigar, pues el tesoro es abundante.
Nota tomada del periódico La Nación