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11.01.2013 10:54 Antigüedad: 12 yrs

Bajo el agua, voluntarios contaron tiburones, mantas y rayas


Un tiburón, dos rayas, tres mantas... Unos 43 voluntarios se sumergieron en las aguas de la isla del Caño y en playas del Coco para contabilizar la abundancia y la diversidad de esas especies marinas. Es la primera vez que se realiza este conteo por iniciativa de la entidad Misión Tiburón.

Los voluntarios, entre los que se encontraban estudiantes, médicos e ingenieros, bucearon en dos localidades: isla del Caño (22 de diciembre) y playas del Coco (29 de diciembre). En cada lugar se establecieron entre 5 y 7 sitios de avistamiento.

En cada sitio se colocó un transecto (un tipo de cinta) de 100 metros de largo y 15 de ancho para delimitar el área de observación.

En cuanto a la diversidad, los voluntarios avistaron diez especies: la raya gavilana (Aetobatus narinari), la raya tembladera (Diplobatis ommata), la raya látigo (Dasyatis longa), la manta raya (Manta birostris), dos tipos de móbula (Mobula sp. y Mobula thurstoni), el pez guitarra (Rhinobatos productus), la raya punteada (Urobatis halleri), la raya eléctrica (Torpedo peruana) y el tiburón punta blanca (Triaenodon obesus).

En total, se contabilizaron 112 individuos (45 en la isla del Caño y 67 en las playas del Coco).

Asimismo, se observó un grupo de 100 móbulas en las playas del Coco. Estas móbulas visitan las frías aguas del océano Pacífico norte atraídas por el afloramiento de nutrientes que se da en esta época del año y se extiende hasta abril.

 Antes de las inmersiones, los biólogos de Misión Tiburón capacitaron a los voluntarios en cuanto a la identificación de especies y a la metodología de la toma de datos.

En cada sitio de observación se anotó información sobre la especie, la cantidad de individuos y su sexo, la profundidad, la visibilidad y la temperatura del agua, así como sobre la presencia de corrientes.

A cada persona se le entregó un equipo de monitoreo que incluía el protocolo para la toma de datos y una guía de identificación.

Tras esta experiencia, se pretende repetir la actividad año con año.“El propósito de tomar estos datos de manera anual es ver tendencias, y todo esto ayudará a los objetivos de conservación”, dijo Ilena Zanella, de Misión Tiburón.

Nota tomada del periódico La Nación

 


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