Carlos Redondo-Gómez, estudiante Ph.D.
El Ticotal Carlos Redondo-Gómez es el talento destacado del mes de Abril de 2019. Carlos es un cartaginés radicado en Londres que obtuvo su Bachillerato y Maestría en Química en la Universidad de Costa Rica.
Durante su posgrado Carlos tuvo la oportunidad de realizar una estancia en Italia en la Universidad de La Sapienza de Roma, donde acabó de afianzar su pasión por la Química Supramolecular y la biofísica de los sistemas autoensamblados. Carlos se dedicó a la docencia en varias universidades estatales y privadas, a la vez que fungió como investigador en el Laboratorio Nacional de Nanotecnología (LANOTEC) hasta conseguir financiamiento por parte del Gobierno de la República para cursar sus estudios de doctorado en el extranjero.
Actualmente Carlos se desempeña como estudiante doctoral en Ingeniería Biomédica en el Reino Unido, específicamente en el Instituto de Bioingeniería de Queen Mary University of London.
1. ¿Cuáles en su caso fueron los determinantes y/o oportunidades para salir del país?
Desde mis años en el Colegio Científico de Cartago tuve claro que quería optar por una carrera relacionada con ciencia e ingeniería, curiosamente casi repruebo las materias de Química en 4to año, pero en 5to año repunté e inclusive participé en la Olimpiada Nacional, esto me motivó muchísimo y por ello elegí Química como carrera.
Ya en la UCR se me presentaron oportunidades para realizar pasantías en diferentes laboratorios, incluyendo el Centro de Investigación en Biología Celular y Molecular (CIBCM) y el Laboratorio de Química Supramolecular. Fue imposible no notar que mis mejores profesores se habían doctorado en el extranjero, ellos siempre sembraron en mí esa curiosidad de cómo sería conocer nuevas culturas y visiones de mundo.
Ciertamente el factor detonante para mi salida del país fue el Programa de Innovación y Capital Humano (PINN) del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT) en 2015. Una de sus áreas prioritarias era justamente la de posgrados en nano y biotecnología, áreas en las que mis estudios de maestría calzaban perfectamente; de manera tal que concursé por el financiamiento y afortunadamente conseguí mi beca para estudiar en el Reino Unido.
2. En términos generales, ¿cómo describiría sus condiciones de vida en el exterior (p.ej. jornada de estudio y/o trabajo, se han cumplido sus expectativas de lo que sería desenvolverse profesionalmente en el extranjero, principales obstáculos que se le han presentado).
El primer año del doctorado fue muy difícil; extrañaba a mi familia y amigos, tardé un poco en acostumbrarme a la cultura británica y al invierno. Pero por dicha las cosas cambiaron, ya a punto de acabar mi tercer año de estudios puedo decir que he hecho amistades que nunca hubiera imaginado, y que tengo gente valiosísima a mi lado.
Me refiero a mi tutor, colegas y amigos de mi grupo de investigación de muchos lugares del mundo. Las jornadas acá pueden ser muy largas, un estudio celular puede tomar muchos días, la purificación de un compuesto puede tardar muchas horas, escribir un artículo implica una docena de revisiones, y es justo esa gente valiosa la que le ayuda a uno a salir adelante con todas estas tareas difíciles.
3. ¿Qué tipo e intensidad de contacto profesional mantiene con CR?
Trato de mantenerme ligado a la comunidad de costarricenses en el Reino Unido, participando como miembro de mesa en la Embajada para las Elecciones Nacionales, como panelista en eventos organizados por los becarios Chevening, así como acompañando a costarricenses acá en mi Universidad.
Mi contacto con Costa Rica se ha mantenido relativamente constante durante estos años. Sigo en estrecha relación con el Centro Nacional de Alta Tecnología (CeNAT), en sus instalaciones impartí un Seminario sobre Biomateriales Autoensamblados en fecha reciente y he colaborado con ellos en la escritura y revisión de capítulos de libros y artículos científicos.
4. Recomendaciones de iniciativas que apoyen que el talento en el extranjero actúe como agentes del desarrollo en Ciencia y Tecnología.
Considero que iniciativas como la Plataforma Hipatia (del Programa Estado de la Nación) y la misma Academia Nacional de Ciencias han sido valiosísimas para unir al talento costarricense fuera del país. Hay mucho que puede hacerse valiéndonos de la comunicación digital, podemos organizar eventos tipo videoconferencias o seminarios a distancia enfocados en poblaciones específicas como estudiantes de secundaria o del sistema de Colegios Científicos o del Programa de Alta Dotación del MEP. También podríamos fungir como asesores para periodistas científicos o como jurados en Ferias Científicas Nacionales.
Podemos además participar como asesores de tesis, revisores de propuestas de investigación, evaluadores de proyectos en las Vicerrectorías de Investigación de las Universidades Públicas, o como consultores para instituciones de Gobierno en temas de ciencia, tecnología e innovación. Las políticas públicas que el Estado costarricense defina en estas tres áreas deben de contar con criterios calificados, y creo que los científicos extranjeros deberíamos de formar parte activa en la definición y ejecución de las mismas.
5. ¿Estaría dispuesto(a) a regresar al país si se presentan las posibilidades idóneas?
Absolutamente, de hecho creo que Costa Rica está poco a poco creando un ambiente idóneo para la investigación; ya se está ejecutando políticas públicas para hacer cambios acertados en los sectores de ciencia, tecnología e innovación, mas hay todavía mucho por hacer. Instituciones de CONARE como el CeNAT y sus diferentes laboratorios están haciendo grandes progresos en atraer talento científico formado en el extranjero, de hecho espero reincorporarme a este Centro eventualmente.
6. ¿Cuáles incentivos considera pertinentes para retener al talento científico en el país?
Pienso que se requiere definir políticas públicas de alcance inmediato para contener la diáspora científica en el país. Las instituciones de Gobierno deben ofrecer más y mejores incentivos para estancias postdoctorales en el país, y podrían también ofrecer incentivos tributarios a empresas que contraten doctores costarricenses para sus departamentos de I+D.
También creo que las instituciones de académicas deben ofrecer incentivos para aquellos científicos que publiquen en revistas contempladas en el Nature Index, esto como mecanismo para promover la excelencia y a la vez premiar y retener a los mejores investigadores. Por último, creo que el gobierno debiera de proveer mucha mayor facilidad a aquellos científicos que deseen emprender en su propia PYME.
7. En su área de trabajo, ¿cuáles serían las necesidades de desarrollo del área en CR?
El campo de la Bioingeniería apenas está incursionando en países como el nuestro, esto a pesar de que estamos dando un salto cuantitativo en cuanto a industria biomédica y manufactura de dispositivos médicos. El país urge de acceso rápido a una serie de tecnologías en biología molecular y de diagnóstico clínico que podrían venir a acelerar nuestro desarrollo en el ramo de la ingeniería médica.
Costa Rica necesita de al menos un programa de posgrado en Medicina Regenerativa y Bioingeniería, si se lograse encadenar profesionales en esta área con las plataformas de vinculación que por ejemplo ofrecen CINDE o la Caja Costarricense de Seguro Social, contaríamos con un nuevo modelo de desarrollo para estudios clínicos, investigaciones biomédicas y tecnologías en salud con sello país.
8. ¿Desearía plasmar algún comentario adicional?
Quisiera decirles a todos aquellos jóvenes (y especialmente mujeres) que se sienten atraídos por ramas científicas, tecnológicas o ingenieriles, que no duden en explorarlas; que asistan a Ferias Vocacionales, a espacios de divulgación, que busquen fondos y oportunidades para estancias cortas en una institución académica o en una industria que les llame la atención.
Ciertamente dedicarse a las labores de ciencia, tecnología e innovación no es tarea fácil, he notado que en todos los países existen limitaciones y barreras de muy diversa índole, siendo las más comunes el difícil acceso al financiamiento, así como la burocracia y tramitología con que tanto los estudiantes como los investigadores debemos lidiar. Pero no se desanimen, ¡las recompensas son enormes!